18 Mar 2019

BY: Lucia.Moreno

Peritaje Civil

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Alzheimer: Ladrón de recuerdos

Cuando su marido fue a mirar, el bizcocho estaba dentro del horno, pero se había olvidado de encenderlo. No era la primera vez que ocurría algo así. Desde hacía unos dos años, sus hijas empezaron a observar alteraciones en el comportamiento de su madre. Lo que en un principio podían describir como pequeños despistes, pronto se convirtieron en señales que alertaban de que algo grave le estaba ocurriendo. Empezó a ser habitual que se olvidara de añadir algún ingrediente importante o incluso, que condimentara dos veces. Con el paso de los meses, realizaba preguntas repetitivas sobre un mismo tema o contaba la misma historia varias veces a las mismas personas. En cuestión de meses borró de su mente la fecha de los cumpleaños de sus hijas y no eran raros los días en los llegaba tarde a casa, acompañada por algún vecino que la encontraba desorientada al no reconocer las calles, llegando en una ocasión a perderse.

España es el segundo país de la Unión Europea con mayor esperanza de vida (82,4 años), tan solo está por encima Italia con 82,7 años. En el conjunto países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos solo es superado por Suiza (82,8 años) y Japón (82,7 años).

El envejecimiento es un proceso de cambio y adaptación a nuevas situaciones. En ocasiones estos cambios vienen marcados por variables sociales como la jubilación o la pérdida de seres queridos, pero es obvio que las esferas física y psicológica de las personas también se ven modificadas con el paso de los años.

Uno de los cambios a los que en ocasiones tienen que hacer frente las personas mayores es a la demencia, aumentando su frecuencia con la edad. Asimismo, el avance de la edad es el mayor factor de riesgo para la enfermedad de Alzheimer (EA).

La EA es conocida en la sociedad actual como una de las grandes epidemias con la cual habrá que luchar en el presente siglo XXI. Según el Instituto Nacional de Estadística, la población total en España con edad por encima de 65 años es 7.494. 867. De los cuales según la Confederación Española de Alzheimer la cifra de afectados por esta enfermedad se sitúa en España en torno a unos 800.000 casos, y cada año se diagnostican unos 40.000 nuevos casos de Alzheimer.

El primer síntoma es la pérdida de memoria, luego aparece la incapacidad de pensar con lógica, de aprender, de recordar, de planificar su futuro, así como de controlar y/o detener los comportamientos complejos.

Al principio, algunos síntomas de la enfermedad pueden pasar desapercibidos. De hecho, no todos los afectados manifiestan los síntomas de la misma forma ni con la misma frecuencia. Una vez los síntomas aparecen, las personas afectadas van sufriendo una incapacidad y dependencia progresiva que alcanza a la autonomía para realizar las actividades más básicas.

Después de perder los recuerdos, la identidad y por qué no decirlo, hasta la esencia como persona, en una persona afectada de Alzheimer aún queda sitio para la memoria afectiva. Porque es verdad que la enfermedad borra los recuerdos y también la vida del enfermo, pero es muy difícil borrar los afectos. La memoria afectiva es lo último que se pierde, eso, para el cuidador, es una fuente de seguridad y anclaje al presente, pues no hay nada perdido si todavía un abrazo puede arrancar al enfermo una sonrisa o un momento de tranquilidad y seguridad entre episodios de nerviosismo, o alucinaciones que pueden sufrir.

Y ¿qué tiene que ver la psicología forense en todo esto? Pues bien, los informes periciales tienen mucho que decir en el caso de una demencia, por ejemplo, para determinar si la persona que deja el testamento se encuentra en su sano juicio, y por tanto, tiene la capacidad testamentaria. En caso contrario, a causa de alguna incapacitación o enfermedad mental que hubiese afectado en el momento de firmar, sería cuando el testamento podría impugnarse.

La impugnación de testamento, hace referencia al proceso dónde se solicita anular la validez de una testificación referente a otra persona en una herencia. Desde Aigolocis, podemos ayudar a determinar si un testamento es impugnable, en base a la interposición de una demanda judicial y la aportación de un informe pericial Psicológico sobre las facultades cognitivas de la persona que lo redactó.

Los peritos pueden evaluar el funcionamiento cognitivo de una persona, la capacidad de memoria y la capacidad de razonamiento. Ya que todos ellos son importantes para determinar si la persona puede actuar por su propia voluntad y tomar decisiones sobre su herencia.

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