04 Feb 2019

BY: Lucia.Moreno

Peritaje de Menores / Peritaje Penal

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A pesar de que se ha conseguido una mayor igualdad entre mujeres y varones, y se ha avanzado en la puesta en marcha de estrategias y programas para frenar la violencia de género (a partir de ahora VG), lo realizado hasta la fecha no parece suficiente para que ésta desaparezca.

Ya en otros posts (https://aigolocis.com/la-violencia-de-genero-no-es-solo-fisica/) se ha hablado sobre la VG, pero hoy nos queremos centrar en las relaciones afectivas adolescentes. Pensáis que ¿son violentas las relaciones de pareja que establecen las chicas y los chicos jóvenes, preadolescentes y adolescentes? ¿Existe violencia por razón de género en ellas?

Primero de todo, vamos a situarnos. La adolescencia, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es una etapa de la vida de las personas que va de los 10 y los 24 años; abarca la adolescencia inicial —de los 10 a los 14 años—, la adolescencia media y tardía —de los 15 a los 19 años— y la juventud plena —de los 20 a los 24 años. A través de estas etapas se suele alcanzar la maduración física, afectiva y cognitiva. Durante este periodo vital los individuos desean conseguir la independencia de los padres, están muy interesados en adaptarse a su grupo de referencia y quieren desarrollar su propia identidad sexual, moral y vocacional. La pareja es algo importante para los jóvenes actuales. La mayoría de los adolescentes españoles de más de 14 años tiene o ha tenido una relación afectiva a esa edad.

Aunque se puede pensar que la VG es solo cosa de los adultos, la realidad es muy distinta, pues ninguna mujer está exenta de sufrir violencia machista. Dramáticamente, la realidad nos desmonta la construcción de que ha habido una evolución positiva en el funcionamiento de las relaciones sexoafectivas adolescentes y en los estereotipos sobre las mujeres y el género femenino con respecto a las generaciones anteriores. No es cierto; o al menos, no es cierto mayoritariamente. En los últimos dos años la violencia machista entre adolescentes ha aumentado el 45%. ¿Cómo puede ser que el país con mayor compromiso por erradicar la violencia contra las mujeres esté viendo repetirse, y quizás incluso aumentarse, el grado y la intensidad de la que sufren las jóvenes por parte de sus parejas? Resulta incomprensible, pero es real.

La violencia en las primeras relaciones afectivas suele aparecer en una sola dirección, es decir, suele ejercerse por un miembro de la pareja hacia el otro, pero en ocasiones es bidireccional; ambos jóvenes se maltratan, se gritan o abusan el uno del otro. Esta conceptualización de violencia de pareja, creemos que se ajusta mucho mejor a la realidad adolescente y juvenil que los que se aplican a las parejas adultas.

Los estudios realizados sobre el tema muestran que la población joven y adolescente repite roles sexistas, con frases como “los celos son muestra de amor» o en que «los chicos pueden salir con muchas chicas, pero las chicas no pueden salir con muchos chicos». Asimismo, uno de cada tres jóvenes considera inevitable o aceptable en algunas circunstancias «controlar los horarios de la pareja», «impedir a la pareja que vea a su familia», o «decirle cosas que puede o no puede hacer».

Cuando las agresiones en la pareja aparecen a edades tempranas, las víctimas carecen de experiencia para realizar una valoración adecuada de lo que les está ocurriendo. Es más, el deseo de control o incluso la violencia verbal pueden iniciarse de forma sutil o ser justificados como una manifestación de amor, de forma que las víctimas se sienten desorientadas y confundidas. Además, el falso arrepentimiento mostrado por el agresor contribuye a reforzar la permanencia de la víctima en la relación violenta, haciéndole creer que la situación puede mejorar pero, en realidad, lo que produce es un aumento de la probabilidad de aparición de nuevas agresiones.

A pesar de la “menor” gravedad de la VG en adolescentes, hay que hacer hincapié en que en esta etapa de la vida comienzan las primeras relaciones de pareja, y que con frecuencia, estas experiencias afectivas se viven de manera intensa y pueden marcar, para bien o para mal, posteriores relaciones. Igualmente, es posible que esta violencia se extienda y perpetúe en sus relaciones afectivas adultas. Por ello, parece fundamental detectar los primeros indicios de comportamientos abusivos en las relaciones de pareja, para evitar que puedan derivar en malos tratos y otras conductas violentas de mayor gravedad y se trasformen en auténticas relaciones violentas.

Por todo lo expuesto, uno de los colectivos en los que más debemos incidir es el de la adolescencia. Las investigaciones señalan como vía de prevención para la violencia de género el saber de qué hablamos, conocer cómo empieza y evoluciona para alertar sobre el riesgo que pueden implicar las primeras fases y normalizar y aceptar el rechazo de la violencia en la propia identidad.

Por ello, os traemos un cómic “PILLADA POR TI” del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, que ilustra adecuadamente todo lo tratado en este post y que puede ser una herramienta muy útil para poner a disposición de los menores en edad escolar. A continuación, os dejamos algunas ilustraciones del cómic ¿queréis saber cómo termina la relación entre Olivia y Martín? ¡Pincha para descargar el cómic!

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